jueves, 28 de agosto de 2008

De artistas y columnistas

TRIBUNA

EUSTAQUIO UZQUEDA/PINTOR Y DISEÑADOR

Desde que soy columnista -que no periodista ni escritor- de este ilustre y centenario periódico, me ha dado por leer más intensamente a otros columnistas. Antes los leía, por supuesto, pero sin tanto juicio crítico como ahora; debe ser lo que se llama deformación profesional. Leo tanto de éste como de otros diarios y la verdad es que hay escritores muy interesantes, como Antonio Burgos, Arturo Pérez Reverte, Elvira Lindo o Carmen Posadas. En fin, una lista interminable. De todos intento aprender algo, soy consciente de la dificultad que tiene «tocar de oído», pero eso no me amilana. Por ejemplo, de Reverte me gustan tanto sus columnas como sus libros, aunque Umbral diga que no tiene estilo; igual me gusta por eso.

Luego están los de aquí, mis «colegas» de este periódico. Me gusta mucho la lucidez de Maite, la sutileza de Pilar, la erudición de Bernardo, la maestría de Lumbreras, la perspicacia de Ricardo, la retórica de Pizarro o la columna de don Julio Armas, siempre tan certera y contundente. A este último le trato de usted porque a mí de pequeño me enseñaron que a las personas que uno no conoce hay que tratarlas de usted y aunque ahora esté un poco pasado de moda esto de la educación, yo sigo intentando mantenerla, aún a costa de parecer antiguo.

Me he dado cuenta de que en esto del columnismo pasa como en el arte, que hay de todos los estilos y tendencias: figurativos, abstractos, expresionistas, minimalistas, etc... O sea, que es «un lenguaje» y como tal, cada uno tiene el suyo y cada uno intenta comunicar sus ideas y sus pensamientos a los demás. Como en el arte, hay a algunos que no se les entiende nada, peor para ellos.

Pero también me he dado cuenta de que tiene otra similitud muy importante con el arte, que estos escritos son como los bocetos de una gran obra. Los bocetos son pequeños, cercanos, normalmente más comprensibles que muchos cuadros, son como un hijo pequeño que uno siente la necesidad de quererlo y protegerlo a la vez. A los artículos de los diarios les pasa lo mismo, son pequeños, cercanos, fáciles de leer y aún así, casi siempre contienen un gran mensaje o una gran idea.

A mí siempre me han atraído los bocetos de los pintores, tienen la frescura y la espontaneidad de un gesto, son la plasmación inmediata de una idea y como tal, tienen la esencia del artista. Me vienen a la memoria unos cuantos bocetos de Sorolla que para mí tienen la misma genialidad que sus obras de gran formato. O infinidad de dibujos y acuarelas a modo de bocetos que los impresionistas como Renoir, Degas, Monet o Cézanne realizaron para captar la impresión del momento y que luego trasladaron a sus cuadros y que son francamente bellos.

Es probable que por esto me esté aficionando a los artículos de opinión; por esto y por lo que ya he indicado anteriormente de la deformación profesional. También es probable que sea porque últimamente las noticias de los periódicos (en general, y sin señalar con el dedo que es muy feo) cada vez me interesan menos, me he dado cuenta de que se dividen en «políticas» y «catastróficas». Y no sé de cuál de las dos clases me da mas miedo leer. Se me olvidaba, también están las «culturales», pero como son tan pocas me las leo en un pis-pas.

Así que desde que me he aficionado al columnismo, me ha dado por comprar periódicos que no había comprado en mi vida, y mi mujer cuando me los ve, me mira con cara rara y me dice: «Pero ¿ahora vas a leer ese periódico?» Y yo le contesto que no, que es por una cosa de colegas. Entonces no me dice nada, pero yo sé que piensa que «qué raros sois los columnistas; perdón, quise decir los artistas».

Eustaquio Uzqueda
Publicado en LA TRIBUNA DE LA RIOJA, Periódico La Rioja, 12-09-2006

Con estilo propio


Lo más difícil en pintura, como decía Don Joaquín, mi profesor de dibujo y además director de la Escuela de Arte de Logroño cuando empecé a estudiar en ella y del cual guardo un grato recuerdo, tanto por sus enseñanzas artísticas como humanas, es pintar bien y después hacerlo con «estilo propio». Dicho así hasta parece fácil, pero no lo crean ustedes. Él, contaba una anécdota que le ocurrió en sus años mozos a un compañero suyo de facultad, -yo siempre tuve la secreta sospecha de que le había ocurrido a él- el cual pregunto a su catedrático de pintura, qué debía hacer para pintar diferente a los demás, o sea con estilo propio, pero como este se expreso mal, el catedrático con mucha ironía le contesto que para pintar diferente a los demás lo que tenia que hacer era pintar bien.

Creo que esta anécdota expresa muy bien lo difícil que son estas dos cualidades y cuan importantes a la hora de realizar una obra artística. A definir que es pintar bien, sólo se atreven algunos críticos, bueno algunos no, mas bien diría yo que casi todos, cuando critican a tal o cual pintor o a tal o cual obra y claro, a veces los que pintamos no estamos de acuerdo con ellos, no solo con las criticas propias, ya que solo nos gustan las favorables ¡faltaría mas¡, sino que en muchos casos tampoco estamos de acuerdo con las ajenas, con que figúrense ustedes, si personas vinculadas a una misma actividad y con unos buenos conocimientos sobre el tema, tanto prácticos como teóricos no nos ponemos de acuerdo, es que debe de ser una definición bastante difícil de precisar.

Como vemos, definir que es pintar bien es bastante complejo, sobre todo en una época como la actual donde hay tantos estilos y tendencias, todos tan diferentes conviviendo a la vez, por ello es tan difícil marcar una pauta. En el pasado donde un estilo duraba entre cincuenta y cien años y en algunas épocas mas, había unas pautas mas definidas y era más fácil juzgar una obra con arreglo a aquellas pautas, claro que esto era hasta que llegaba un nuevo genio y las rompía, pero mientras tanto las 'reglas del juego' estaban mucho más definidas y facilitaban el trabajo de los críticos o los expertos. A esto hay que añadir las nuevas técnicas de foto-impresión que se están incorporando al concepto clásico de 'pintura' y que complican un poco más todo este lío actual del arte. Además de la interrelación de las diferentes disciplinas artísticas y como muchos artistas ya no se sienten encasillados en una de ellas y son multidisciplinares, un ejemplo de ello son las 'instalaciones', donde se mezclan no ya estilos sino técnicas.

En cambio el tener un estilo propio es algo mucho más visible y por tanto parece más fácil de precisar a simple vista, pero sin duda alguna que no lo es. Tener un estilo propio es algo parecido a tener un lenguaje propio y eso es algo muy complejo de crear y sobre todo de evolucionar con él, pues sino, una vez creado, si no evolucionas no haces mas que copiarte a ti mismo. Un lenguaje no nace con toda sus palabras y su gramática, sino que con el tiempo va creciendo y evolucionando, así como incorporando nuevos vocablos, en pintura pasa lo mismo, vas andando tu camino, creando nuevos elementos y dejando otros. Normalmente no todos los artista son capaces de ello, hay pintores con una gran capacidad para copiar una foto y que sin embargo son incapaces de crear su propio lenguaje y en definitiva en crear una obra de arte.

El 'estilo propio' se ha valorado siempre, tenemos infinidad de ejemplos, Leonardo, Miguel Ángel, Goya, Velázquez, etc... pero en los últimos tiempos mucho mas. Los mercados en general se han unificado o como se dice ahora, globalizado y por tanto se buscan productos únicos y exclusivos. En los vinos, se valoran los de 'autor' o los de 'alta expresión', en los productos vegetales los 'terruño' y así sucesivamente. Y el arte no se escapa a esta tendencia y cada vez se valora más que el artista y su obra tengan un estilo propio, una manera propia de realizar sus obras, en definitiva una forma personal de contar su historia. Por eso ahora es tan importante la trayectoria de un artista, su currículum, que demuestra que las obras que realiza no han salido por 'generación espontánea' que detrás de ellas hay unas vivencias y una trayectoria.

Pero claro, no debemos de perder de vista la enseñanza del catedrático, «si quieres pintar diferente a los demás, pinta bien». El tener un estilo propio no exime de realizar una buena pintura, en definitiva una buena y creativa obra de arte. Esta aseveración vale tanto para la pintura como para cualquier disciplina artística.
Eustaquio Uzqueda
Publicado en LA TRIBUNA DE LA RIOJA, Periódico La Rioja, 08.08.08

La bandera de España

Esta claro que lo que no pueda el fútbol, no lo puede nada, ni nadie. Esto ya lo sabia yo desde hace tiempo, luego les explico por qué. Bueno a lo que íbamos, el fútbol ha conseguido que en este país, un ciudadano normal, ponga la bandera de su nación en el balcón y no le llamen facha, a lo sumo que le llamen patriota o forofo. A mí siempre me han dado mucha envidia los norteamericanos con esto de la bandera. La verdad es que aunque no he estado nunca en los Estados Unidos de América, sí he visto muchas películas y reportajes, y en todos, la bandera de las barras y estrellas aparece por doquier. Lo mismo sea a la entrada de una escuela que de una universidad, en la puerta de sus casas o chalet, creo que también esta en medio de una iglesia de Nueva York, es probable que sea en la de San Patricio, no lo puedo asegurar. Y por supuesto en todos los uniformes de sus militares, sean del arma que sean. Aquí, si a uno se le ocurre llevar una pegatina en el coche con la bandera de España, según donde lo aparques, lo mas seguro es que para cuando salgas te encuentres las ruedas «desinfladas». Bueno no sólo los americanos están orgullosos de su bandera, sin ir muy lejos los franceses también la enseñan en cuanto pueden, siempre que voy a alguna feria tanto nacional como internacional, el azul, blanco y rojo de su bandera está por todos los stand, y qué me dicen de los ingleses, pues eso que menos aquí, todos están orgullosos de exhibir los colores de su bandera. Se imaginan una empresa española con los colores de la bandera de España por esos mundos de Dios. La bandera como todos ustedes saben es un símbolo, y representa a la nación y a su vez a los ideales de la misma. Y creo yo que los ideales de libertad y democracia que ahora imperan en España, son como para sentirnos orgullosos de ellos y enseñarlos. Hoy que tanto se llevan los anagramas, pictogramas, logotipos y demás símbolos representativos de cosas o ideas, no me explico como el que representa a una nación entera, que tiene unos cincuenta millones de personas tenga tan poco arraigo, o eso me parece a mi, dado lo poco que la exhibimos.


Siempre me han gustado mucho las banderas, la verdad es que no sé por qué, es probable que por su colorido, fíjense que por las fiestas de mi pueblo que es Logroño, o sea por San Bernabé, he pensado en poner una bandera del mismo en mi balcón, y la verdad es que me ha resultado muy difícil encontrar una, hasta se me ocurrió que ya que no encontraba la bandera, poner un delantal de los que tengo de la Cofradía del Pez, luego desistí de la idea, pero quien sabe, igual algún año me decido. Les decía antes que yo esto del poder del fútbol ya lo sabía, y es que fui uno de los directivos que «subió» al Logroñes a primera división, junto con los jugadores como habrán podido adivinar y también de todos los aficionados que nos apoyaron en aquella bonita empresa y una de las cosas que mas me sorprendió en aquel entonces, les estoy hablando de los años «ochentaytantos», fue el poder de convocatoria que tenía el Logroñes, cómo arrastraba a gente de toda condición y cultura.


Con esto de la bandera me pasa lo mismo que con el idioma, me extraña que tengamos uno que lo hablan mas de cuatrocientos millones de personas, que sea el tercero en importancia en Internet, y que dentro de nuestro país tengan que salir unos intelectuales para hacer un manifiesto dado los ataques que se le esta haciendo desde dentro. En algunos casos por dialectos o lenguas que no lo hablan mas de dos millones de individuos y de los dos millones con soltura ni uno.


Yo, que tengo un gran sentido europeísta, siempre he defendido que Europa no será nada mientras que no tenga una lengua común, una lengua vehicular, por encima de una moneda común esta la lengua, que es el vehículo en el que se entienden las personas y si éstas no hablan la misma lengua, pues no pueden entenderse, por que el inglés no es una lengua común por mucho que se empeñen algunos. Europa tendría que ponerse de acuerdo en eso, en tener una lengua común y esa lengua, la que fuere, que se enseñara a todos desde niños, desde que nacen. Esto ya lo entendieron los clérigos hace muchos siglos y todos, fueran del país que fueran, hablaban el latín con mas o menos soltura, así podían viajar a cualquier parte del mundo y entenderse con otro clérigo, aunque fuera de otra nacionalidad u orden religiosa. Como verán está todo inventado, pero es que algunos han leído pocos libros de historia.

Eustaquio Uzqueda
Publicado en LA TRIBUNA DE LA RIOJA, Periódico La Rioja, 14.07.08

El sitio de Logroño

Una de las cosas que más me enorgullece, es pertenecer a la Cofradía del Pez, cofradía que mantiene viva una de las tradiciones más antiguas y bonitas que se conocen de Logroño, mi ciudad. Como ya saben ustedes, entre los últimos días del mes de mayo y los primeros del mes de junio de 1521, los habitantes de Logroño resistieron heroicamente el asedio de un gran ejército invasor. Grande, tanto por su número como por sus pertrechos de guerra. Tal resistencia supuso que, por un lado no conquistaron Logroño y por otro les cerramos el paso a la conquista de Castilla, que era su verdadero objetivo. Consiguiendo el Duque de Nájera entre tanto, reunir un ejército para poder hacerles frente y derrotarlos antes de llegar a la frontera con Francia. Todo ello gracias al sacrificio de nuestros antepasados, que al mando del valeroso capitán Pedro Vélez de Guevara, resistieron heroicamente los diecisiete días del asedio, nutriéndose según relata la tradición, de peces que pescaban en el río Ebro, vino que guardaban en sus bodegas y es probable que también algo de pan. Fruto de esta victoria, dos años más tarde, en 1523, el emperador Carlos V de España otorgo las tres flores de lis, símbolo de la realeza francesa, a la orla del escudo de Logroño por su resistencia a las tropas francesas.

Hacia los años cuarenta del siglo pasado, un grupo de logroñeses decide juntarse para conmemorar y honrar a estos antepasados, repartiendo un pez, un pan y una jarra de vino a sus convecinos el día de San Bernabé, patrono de la ciudad. Hay personas que creen que las tradiciones son cosas del pasado y que no tienen cabida en estos tiempos de modernidad y velocidad, otras que les gustaría que todo siguiera igual que antaño. Yo particularmente creo que debemos vivir con arreglo al tiempo y la sociedad que nos ha tocado en suerte, pero recordando nuestra historia y a todos nuestros antepasados que de alguna manera nos han permitido llegar hasta lo que ahora somos y poseemos, casi siempre con mucho sacrificio. Pero todo ello sin extremismos. El pasado nunca vuelve, nos guste o no nos guste, pero como dice el refrán «es de bien nacidos el ser agradecidos». Como ya he dicho en alguna otra tribuna, soy un convencido de los que cree que hay que mantener las tradiciones, pero adaptándolas «suavemente» a los tiempos con los que deben convivir, pues si no desaparecen o pasan a ser un mero folclore, perdiendo el sentido por el que fueron creadas.

La Cofradía del Pez ha sabido mantener a lo largo de estos años, vivo el recuerdo del 'Sitio de Logroño' por las tropas francesas, así como exaltar la celebración del día de nuestro patrono, San Bernabé. En estos menesteres no hemos estado solos, han existido muchos logroñeses que nos han ayudado y apoyado en ello. En 1950 el diario Nueva Rioja recoge en sus paginas como por inspiración de la Cofradía del Pez y bajo el patrocinio del Excelentísimo Ayuntamiento de nuestra capital, la Peña Riojana de Literatura y Arte recorrió ayer, a primera hora de la noche las calles logroñesas, para evocar, en sentimental peregrinaje, nuestras glorias pretéritas en una «cadena lírica del Logroño antiguo» de la que en esta pagina ofrecemos sus siete bellos eslabones y relata los siete escritos tanto en verso como en prosa que en la mañana del 11 de junio de 1950 se pudieron desayunar los lectores de Nueva Rioja. En 1953, el 10 junio, este mismo periódico publicaba el siguiente anuncio: "Cofradía del Pez. Se recuerda a los señores cofrades la obligación de acudir en el día de hoy y hora de tres y media de la tarde, a la puerta del Excmo. Ayuntamiento, a fin de acompañar a la imagen de nuestro Santo Patrón hasta la iglesia de La Redonda y asistir a las solemnes vísperas en su honor. El cofrade mayor, marques del Romeral».

En 1962, José María Lope Toledo, cronista oficial de la ciudad, dedico un articulo a el acto del reparto del pez, el pan y el vino con el titulo de «La cita de la cofradía del Pez» en el que decía que «Estos logroñeses, con su ofrenda evocadora del pan, del vino y del pez, son los notarios que prestan fe del histórico suceso. Los peces saltan en el Ebro, el grano del trigo y el vino de las bodegas fueron el sustento que mantuvo a los sitiados en las largas horas del asedio, lentas y remisas, por que los muraba el peligro. Por eso en la mañana del día 11, la ciudad entera acude a la cita de la Cofradía del Pez, junto al Revellín, sabiendo que no se le convoca a un convite sino a un rito».

Jerónimo Jiménez Martínez, cronista oficial de Logroño, secretario general de la Asociación Española de Cronistas Oficiales y cofrade de honor de la Cofradía del Pez, ya fallecido, también contribuyo con numerosos escritos a ensalzar a la cofradía y la fiesta de nuestro santo patrono San Bernabé. Así que espero y deseo, que hoy día de San Bernabé, los logroñeses del siglo XXI se acerquen a la muralla del Revellín para acompañar a la Cofradía del Pez, en esta bella tradición que es el reparto del pez, del pan y el vino.


Eustaquio Uzqueda
Publicado en LA TRIBUNA DE LA RIOJA, Periódico La Rioja, 11-06-2008

Esto con Franco no pasaba

Leía el otro día, en este mismo diario, una encuesta sobre la emancipación de los jóvenes y los problemas que estos tenían para la misma, o sea, la poca o mala relación de su sueldo con el precio de los pisos, elemento éste indispensable para poder vivir fuera de casa de sus padres, agravada ésta por la inestabilidad laboral. Apuntaban en el mismo, la necesidad de tener que ganar dos sueldos de los actuales para poder vivir por su cuenta, y creo yo que se quedaban cortos. Cada vez que sale a relucir el tema del coste de los pisos, me viene a la memoria una frase que los nostálgicos del 'Régimen' pusieron de moda allá por los 80: «Esto con Franco no pasaba» y aunque -que conste- no soy un nostálgico del 'Régimen', pienso «esto de los pisos tampoco», y es que «con Franco» un oficinista normal (o sea, yo), con 23 años y un sueldo normal, apostillo, sólo un sueldo normal, podía comprarse un piso de 90 metros cuadrados con calefacción, en Logroño. Bueno, un sueldo normal y haciendo horas extraordinarias «por un tubo». Y lo pagaba en diez o doce años (el tiempo que normalmente se suscribían todas las hipotecas), eso sí, unas hipotecas carísimas, entre el 14 y el 17% de interés, ¿pues menos mal! porque si no, los hubiésemos pagado en cinco años. Recuerdo que el coste de un piso en relación con ese sueldo normal, de un oficinista normal (o sea, yo), era de aproximadamente cien veces más. Por aquel entonces ganaba unas 8.000 pesetas aproximadamente y el piso me costo 800.000. Hoy en día, y para no equivocarme, es de trescientas veces más en el mejor de los casos, y en zonas que están más cercanas de los pueblos periféricos a Logroño que del Espolón.

Así que los J@AP, o sea, jóvenes y jóvenas altamente preparados, tienen que quedarse en casa de sus padres hasta que dejan de ser jóvenes y se juntan con otro tan joven como ellos u otros dos para poder comprar un piso donde vivir (en un tanto por ciento muy elevado hacen falta tres sueldos para comprar un piso y además comer todos los días). Pronto nuestros queridos gobernantes van a tener que autorizar matrimonios, no bipersonales y de géneros aleatorios, sino tripersonales multigéneros, porque va a ser la única manera de sobrevivir. Esto, o que los padres no nos jubilemos nunca, que también les está rondando por la cabeza y ayudemos a nuestros hijos a pagar una hipoteca a cuarenta o cincuenta años.

También hay otra opción, que los que mandan organicen este corralito, como dicen en Argentina, de forma que un joven tenga acceso a un piso de cuarenta o cincuenta metros cuadrados más o menos. Pues si una familia 'convencional' de las de hace treinta o cuarenta años, o sea, de padre, madre y dos o tres hijos vivían en uno de 90 metros, a un joven le sobra con cuarenta metros o algo así, y que este piso tenga un coste aproximado de 60.000/90.000 euros, que al cambio son 10 ó 15 millones de las antiguas pesetas, cantidad que pueden pagar con un sueldo mínimo-máximo-inestable de 700 a 900 euros, que es lo que vienen a cobrar casi todos estos jóvenes. En los cuales se da la paradoja que después de terminar en la universidad tienen que hacer un par de masters o tres, para estar sobradamente preparados, pues parece ser que los estudios de la universidad valen para poco en la vida real, o eso dicen, y tienen que 'ponerse al día' justo después de terminar los estudios, y como siempre, los padres a poner, ¿que cosas!, yo cada vez entiendo menos esta traca.

Otra opción es que adecuen los sueldos al precio de los pisos, ya que parece ser que no hay forma de adecuar el precio de los pisos al sueldo. Si, ya sé que es una buena idea, y además no me importa que me la copien, la verdad es que no es mía, se la he oído a infinidad de padres, estoy seguro de que a ellos tampoco les importa que se la copien. Así que el partido político que fuera capaz de llevarla a cabo, ganaría las próximas elecciones, ¿estoy completamente seguro! pues le iban a votar todos los jóvenes que no pueden irse de casa de sus padres y lo están deseando. Y los padres de estos jóvenes, que no sabemos cómo quitárnoslos de encima. Otro día les hablaré de nuestros hijos los emigrantes, sí hombre, esos que han tenido que emigrar de su pueblo, de Logroño, porque aquí no se podían comprar un piso y se han ido a los pueblos de alrededor. Sí, ya sé que es una emigración 'lait', y que en el diccionario pone que emigrar es cambiar de país, pero ellos han tenido que salir a vivir fuera de su pueblo, en contra de su voluntad.


Eustaquio Uzqueda
Publicado en LA TRIBUNA DE LA RIOJA, Periódico La Rioja, 16.05.08

domingo, 25 de mayo de 2008

San Bernabé y la Cofradía del Pez

Siempre me han gustado mucho las fiestas de San Bernabé. Es probable que sea porque cuando era niño me anunciaban el inicio del verano, de las vacaciones escolares. El curso se terminaba alrededor de estas fechas; para después sólo quedaban algunos exámenes, alguna repesca para los que no habían aprobado 'por curso' y por las mismas empezábamos a 'bajar' a la playa, siempre y cuando no cayera alguna tormenta, de las que también eran frecuentes en esa época.

Su celebración para mí está ligada a agradables recuerdos: uno, el inicio del verano, como ya he comentado; otro, a las vaquillas que se celebraban en la plaza de toros cuando yo era joven y tan buenos ratos nos hicieron pasar a mis amigos y a mí; y el más contundente, el del reparto del pez. De niño, cuando iba con mis padres o mis abuelos a «coger el pez», me venía a la memoria el milagro de la multiplicación de los panes y los peces que me contaban en la catequesis, y yo me imaginaba que aquel milagro que Jesús realizó en el desierto para dar de comer a sus seguidores tuvo que ser una cosa parecida a ésta que yo presenciaba con el reparto del pez en las fiestas de San Bernabé por parte de la Cofradía del Pez. Por eso siempre he admirado a esta Cofradía.

Como todos ustedes saben, San Bernabé es nuestro patrono desde que el 10 de junio de 1521, nuestros antepasados levantaran el asedio que venían sufriendo desde el mes de mayo del mismo año por el ejército francés. Y por tal motivo, al día siguiente de la victoria, o sea, el 11 de junio, festividad de san Bernabé, lo declararon patrón de la ciudad.

De ello queda constancia gracias al documento llamado 'Voto de San Bernabé', fechado al año siguiente a la gesta -o sea, en 1522- y que está custodiado en el Archivo Capitular de la Redonda. En él se explica «la forma que se a de thener en el cumplir del boto de San Bernabé perpetuamente» así como la «Concordia sobre la asistencia del Cabildo General a la missa y honrras del emperador y a las procesiones».

San Bernabé fue apóstol de la Iglesia Católica en el siglo I; su primer nombre fue José, aunque los apóstoles se lo cambiaron por el de Bernabé, que significa 'hijo de la consolación' y también 'el que anima y entusiasma'. Era judío de la tribu de Leví, natural de Chipre y gran colaborador de San Pablo.

La costumbre de repartir el pez, el pan y el vino arranca en 1930, cuando un grupo de amigos, entre ellos el padre y unos tíos del actual cofrade mayor, Eduardo Mato, se reúnen para pescar peces en el Ebro y almorzarlos con pan y vino, recordando la gesta de sus antepasados. En 1932, según recoge Jerónimo Jiménez en sus crónicas, este grupo de amigos consigue, gracias a la aportación de ellos mismos y de un grupo de logroñeses entusiasta de la idea, repartir en la esquina de Cuatro Cantones la ofrenda del pez, el pan y el vino a los logroñeses que se acercaron hasta la misma. Después de esta fecha hay pocas referencias de actos de la Cofradía del Pez hasta 1941, fecha de su recuperación definitiva. Y es a partir de esta fecha cuando la Cofradía del Pez empieza a coger protagonismo en la celebración de las fiestas de San Bernabé, siendo actualmente la ofrenda del pez un elemento principal y representativo de las mismas.

En el artículo primero de sus estatutos queda claro el fin primordial que sustenta el espíritu de esta Cofradía, el cual dice así: «Bajo el signo de nuestro Santo Patrono San Bernabé, y en exaltación y gloria de nuestra Ciudad, se reorganizó en 1940 la entidad denominada Cofradía del Pez, cuyo designio es mantener y avivar el fuego sagrado de la Tradición, con especial dedicación durante las Fiestas Patronales que se celebren en torno a la histórica fecha del 11 de junio, como recuerdo de la gesta gloriosa de 1521».

A mí me parece muy bien que organizaciones civiles participen activamente en la vida ciudadana, y que no sean siempre los políticos profesionales los protagonistas de la misma. Por eso me enorgullece pertenecer a la Cofradía del Pez, que año tras año pone su granito de arena para mantener viva una tradición tan logroñesa. Y me congratulo de que existan otras cofradías que también sirven para exaltar los valores y las tradiciones de nuestra ciudad y de nuestra provincia, como la Cofradía del Vino de Rioja, la Cofradía de San Millán o la de reciente creación de San Bernabé que, junto con la de la Virgen de la Esperanza honran a nuestros santos patrones. Larga vida a todas, y ¿Viva San Bernabé!


Eustaquio Uzqueda

Publicado en LA TRIBUNA DE LA RIOJA, Periódico La Rioja, 11-06-2007

domingo, 4 de mayo de 2008

Impresionante Chillida-Leku


Hace unos días, en compañía de mis amigos Manuel y Bego, excelentes anfitriones irundarras, fui a visitar la Casa Museo Chillida-Leku, creo que es un gran ejemplo de cómo se pueden hacer bien las cosas. Telegráficamente puede definirse como un caserío magníficamente rehabilitado, en un paraje impresionante, sembrado de las esculturas del genial artista vasco, Eduardo Chillida. Chillida-Leku es un museo al aire libre, instalado en los terrenos que pertenecieron al Caserío Zabalaga, con doce hectáreas de terreno y construido en 1594 en el municipio de Hernani (Guipúzcoa) a escasos diez kilómetros de San Sebastián. En él se recogen unas cuarenta esculturas de gran formato instaladas en el exterior y más de cien de pequeño formato, así como dibujos que se encuentran dentro del caserío restaurado, el cual en sí mismo es otra obra de arte, idea que comparto con Cosme de Barañano, director del IVAM, cuando dice: «Chillida-Leku o Zabalaga es hoy una realidad que ofrece un marco a los elementos de lluvia, tierra, luz y aire. En Zabalaga, Chillida no ha llevado una restauración de sus parajes y habitaciones, cocinas, cuerdas, etc. Para rehabilitarlas, Chillida ha sacado todo y con ello ha creado el espacio del caserío, lo ha convertido en escultura».
El caserío-museo esta situado en una zona privilegiada, de fácil y bien señalizado acceso desde la carretera nacional Vitoria - San Sebastián, en la salida de Hernani, puede visitarse con y sin guía, ya que de las dos formas se aprecia la grandiosidad del mismo y de las esculturas allí expuestas. La diferencia es que para hacerlo al 'libre albedrío' es conveniente conocer la obra del autor y su trayectoria; si no, es aconsejable apuntarse a un grupo guiado en el que una amable y preparada guía va desgranando la obra y vida de su autor.

Un paseo por el mismo, supone un goce para los sentidos y si además se visita en un día luminoso donde los verdes del bosque se funden con los azules del cielo y el hierro o el granito de sus esculturas, la visita puede resultar una experiencia inolvidable, ya que Chillida ha conseguido una interrelación tal entre su obra y estas doce hectáreas del monte vasco que parece que las esculturas hayan crecido allí, al igual que los árboles centenarios que existen en la zona.

Chillida juega con las formas y los materiales a su antojo, ya que, en virtud del tipo de piezas, las realiza en hierro, piedra, hormigón, madera o alabastro. Todas ellas de gran belleza, pero algunas de gran impacto visual, como la denominada Buscando la luz Irealizada en hierro, que por su tamaño y ubicación impresiona al visitante, tiene nueve metros de altura y pesa veintisiete toneladas, aunque hay otras piezas importantes realizadas también en hierro como
Arco de la Libertad, Monumento a la tolerancia u Homenaje a Balenciaga.

Además de las cuarenta obras de gran formato diseminadas por el bosque, en el caserío pueden verse más de cien piezas entre esculturas y dibujos. Articulado en cuatro salas, la primera en la planta baja y otras tres en el primer piso, en las que entre otras obras pueden verse bocetos y maquetas del Peine de los Vientos, magnifica obra instalada en la bahía de la Concha de San Sebastián.

A Eduardo Chillida siempre le obsesionó la búsqueda del vacío. Recuerdo cómo hace unos años, allá por 1997 y con motivo de la entrega del Premio Prestigio Rioja a Eduardo Chillida, tuve la ocasión de hablar con él en uno de esos lapsus que hay en todas las fiestas-homenaje y en el que homenajeado se queda «como un poco aparte», momento que aproveché para conversar con él de su trabajo y la verdad que fue una clase magistral, corta pero amena y erudita. Me explicó la importancia que el vacío tiene en la escultura, el cual en algunos casos es más importante que la materia y toda su teoría sobre el proyecto de la montaña horadada que intentaba hacer en Fuenteventura. La idea parte de un verso de Jorge Guillén «lo profundo es el aire» para luego consagrar la existencia del vacío, es decir el espíritu interno de una montaña o una materia, y a partir de ahí, Chillida desarrolla toda su teoría del vacío.

Al irnos, mi amigo Manuel, -que es un romántico y buen conocedor de La Rioja-, me dijo: «pues allí podríais montar algo parecido a esto, porque tenéis sitios de sobra y artistas riojanos no os van a faltar»; yo le miré con cariño, y le emplacé a la inauguración del bosque de escultores riojanos. Como ya he dicho que es un romántico, pues se lo creyó; yo, como no soy un romántico, que soy un artista, pues no, pero por si acaso he empezado a hacer maquetas de esculturas, pues ya saben ustedes: «creer, no creo en las meigas, pero haberlas haylas»; y como los políticos antes de las elecciones (entre todos los partidos), nos prometieron a los artista y publico en general, unos 'veintitantos' Museos, pues igual hacen alguno, quién sabe... porque falta ya nos hacen.


Eustaquio Uzqueda


Publicado en LA TRIBUNA DE LA RIOJA, Periódico La Rioja, 12.08.07

Aquella revolución «de septiembre»


Aquí en Logroño, y aunque ustedes no se lo crean, nos adelantamos a la revolución «de mayo del 68 francés», sí, sí, como lo oyen; la hicimos un puñado de jóvenes, yo calculo que de trescientos a cuatrocientos, una tarde de verano de 1967 y en el Espolón, -la cantidad de jóvenes es una apreciación personal mía; igual éramos menos, o quizás más, quién sabe, han pasado cuarenta años y la nostalgia juega malas pasadas-. Tendríamos entre dieciséis y diecinueve años. Lo calculo por mi edad de entonces, yo tenía diecisiete y éramos todos por el estilo.

Pues resulta que al gobernador civil del momento, de cuyo nombre no quiero acordarme, se le ocurrió prohibir los 'chamizos', ya saben ustedes, esos cuartos oscuros donde los jóvenes intentábamos todas las fiestas mateas «comernos un rosco» y que casi siempre se quedaba en eso: «en intentábamos». No hagan ustedes caso si les cuentan otra cosa, estamos hablando del sesentaysiete, un año antes de la revolución francesa, «la última», la de mayo del 68. Entonces éramos casi todos unos «intelectuales», lo hacíamos casi todo con el pensamiento, era con lo que más se pecaba, casi todo era de pensamiento, algo de palabra y casi nada de obra.

Bueno, pues como les iba diciendo, al gobernador civil del momento se le ocurrió prohibir los chamizos o algo así, porque prohibir, lo que se dice prohibir, no los prohibió, pero puso unas normas que los hacía prácticamente inviables. Creo recordar que, entre otras cosas, quería suprimir el apartado interior que todos tenían, la zona denominada «de baile», o sea, la que ya les he explicado que era para «comerse un rosco»; esto último no se lo explico, me figuro que todos lo han entendido, la cual normalmente solo tenía una bombilla que el primer día de fiestas se «fundía». Anterior a esta zona de baile estaba el bar; éste tenía más de una bombilla y no se solían «fundir», allí era donde se obsequiaba a todos los visitantes del chamizo con el rico zurracapote.

Sigamos con el relato, no recuerdo de qué manera, pues entonces no existían ni los correos electrónicos, ni los sms, ni los teléfonos móviles, y los fijos, que sí existían, apenas se usaban, y si se usaban era para dar noticias importantes, no para hablar una conversación banal, para eso se quedaba en un bar o en el Espolón. Así que seguro que se usó el boca-boca y quedamos «todo el que pudiera ir» a las siete y media de la tarde aproximadamente en el Espolón, para protestar frente al Gobierno Civil. Por aquellos años yo no recuerdo que existieran las manifestaciones, en contra de algo, se entiende, porque a favor, «el régimen» preparaba unas de la leche. Entonces lo más parecido a una manifestación era una procesión y vaya usted a comparar. Así que el día fijado y a la hora convenida nos juntamos una «marabunta» de jóvenes enfrente del edificio del Gobierno Civil, me figuro que aquello resquebrajó «los pilares fundamentales del movimiento» que yo exactamente no sabía muy bien los que eran, ni dónde estaban, pero había oído hablar mucho de ellos. Ahora les cuento como acabó todo. Pues salieron los dos «grises» (llamábamos grises a los policías armadas, porque entonces llevaban el uniforme gris) que había de guardia en la puerta del Gobierno Civil, con la porra en la mano a perseguirnos. Se acuerdan ustedes del chiste ese que van 40.000 gallegos llorando por la ría y les preguntan que por qué lloran y responden que porque les han pegado y entonces les vuelven a preguntar si eran muchos y ellos responden que no, que eran sólo dos, pero que les habían rodeado. Pues algo así debió de pasarnos a nosotros, que nos rodearon, porque salimos corriendo todos como alma que lleva el diablo. Yo recuerdo que crucé el Espolón, enfilé Calvo Sotelo y no paré hasta llegar a Avda. de Colón. Allí me paré porque no podía más con el resuello, si no, hubiese terminado en las Casas Baratas, creo que más que por el esfuerzo físico, era por el miedo, y eso que yo venía entrenado de haber corrido ese año en San Fermín, pero vaya usted a comparar un «gris» de los de entonces con un miura, pues eso, ni comparación. La verdad que fue bonita la revolución mientras duró, la pena es que duró poco, cosas del «régimen». Al final aquellos sanmateos hicimos «chamizo» como todos los años, es probable que con un poco más de luz y sacando un permiso gubernativo con la firma de un padre o un responsable mayor de edad. ¿Que jóvenes éramos, amigo Juanma!

¡Ah! Y hablando de fiestas mateas, pues que entonces todos llevábamos el pañuelo de fiestas al cuello de color rojo y con el pico «patrás», así que no sé de dónde sacan eso de la tradición del pañuelo azul o burdeos, y además llevarlo con el pico «palante» como si fuera un babero. En fin, esto de ser un chico de mediana edad tiene estas cosas, que cuando te cuenta alguna historia, vas y dices que eso no fue así, que yo estaba allí.


Eustaquio Uzqueda

Publicado en LA TRIBUNA DE LA RIOJA, Periódico La Rioja, 08.09.07

Policías y ladrones


Cuando era niño, mis amigos Juanma, Felipe, algún vecino más y yo, a lo que más nos gustaba jugar era a «policías y ladrones», era uno de nuestros juegos preferidos, además del de ir a robar manzanas a la huerta de la señora Justa o poner 'chapas' en la vía del tren. Todos queríamos ser policías, y el rol de ladrón había que echarlo a suertes. Si te tocaba, luego no era tan malo, en cuanto te acostumbrabas tenía sus ventajas; el ladrón iba con la cara tapada para cometer sus fechorías y eso te daba una cierta impunidad, era una sensación extraña, algo así como saber que estabas cometiendo un pecado pero que luego no tenías que ir a confesártelo (en «aquel entonces» los niños nos confesábamos todos los pecados, no sé cómo andará ahora ese tema). Así que los policías, o sea, «los buenos», iban con la cara descubierta y perseguían a los ladrones, o sea, «los malos» que iban con la cara tapada. Esto lo habíamos copiado de las películas de indios y vaqueros, donde los cuatreros iban con la cara tapada y en cambio al sheriff le bastaba con llevar su estrella en el pecho para imponer la ley; bueno, la estrella y un par de revólveres relucientes. Por eso, ahora cuando veo a los ladrones y asesinos a cara descubierta y que los que van con el pasamontañas son los policías, no deja de asombrarme, por no decir otra palabra más gruesa. En muchos casos «los malos» salen, no ya a cara descubierta, sino con chulería, algo así como si fueran artistas de cine y estuvieran siendo aclamados por sus fans, y no saludan brazos en alto, tipo campeón olímpico en el podium, porque van esposados, pero todo se andará. A su lado «los buenos» van con la cara tapada, dicen que por seguridad. ¿Dios mío! Cuánto ha cambiado esto desde que yo era niño. Parece que «los buenos» tienen que esconderse de «los malos» y además llevar la cara tapada, o sea, el «juego» al revés.
También cuando veo a los «asesinos del norte» custodiados por la Guardia Civil, y que ésta tiene que llevar un pasamontañas, y en cambio ellos van con «la cabeza levantada» como si fueran unos héroes, lo primero que me viene a la memoria es la figura del duque de Ahumada, su fundador, y qué pensaría él de todo esto. Después, me entra una sensación extraña entre rabia e impotencia, que me revuelve las tripas.
Y, ¿qué me dicen de lo que está pasando en Madrid con los menores delincuentes? Antes, si un guardia veía a un niño por la calle en horas de colegio le daba una reprimenda y le acompañaba hasta el colegio donde había hecho novillos. Ahora los pillan robando en plena calle y no pueden ni registrarles, tienen que acompañarlos a comisaría y entregárselos a sus padres, «sin más». En muchos de los casos, como relataba un compatriota suyo en un programa de televisión, de estos niños de origen rumano en su mayoría, son los padres los inductores de los robos.
O cómo bandas organizadas de ciudadanos del Este de Europa se dedican a campar a sus anchas por chalets y casas particulares; no sé si está bien aplicada la palabra de ciudadanos en este caso. Y el caso de ese ciudadano que se defendió del asalto de su casa con armas de fuego, aquí sí creo que empleo bien la palabra ciudadano, y que luego la familia del asaltante que además estaba ilegalmente en España, lo denunció por violencia o algo así. A los ciudadanos normales nos está empezando a parecer que las leyes protegen a los «malos» en vez de a los «buenos».
Y para terminar esta historia de «buenos» y «malos», el reciente caso del «animal irracional», a éste sí que no le voy a llamar ciudadano, que apaleó a una muchacha de quince años en un tren de Cataluña. Hace cuarenta años hubiese abandonado el vagón inmediatamente, pero por la ventanilla y en marcha. Nadie se atrevió a defender a la muchacha, y no les culpo, ya saben ustedes lo que le pasó hace poco a ese muchacho que salió en defensa de otra joven, pues que lo mataron a navajazos. Así que, a la gente normal, que vemos que la policía va con la cara tapada, ya me dirán las ganas que nos entran de ser héroes. Igual, además, de que en el mejor de los casos te «ahostien», luego te trincan por violento, porque la actuación de la jueza encargada del caso catalán no me cabe ninguna duda de que se ajustaba a derecho y todo lo que usted quiera, pero a la lógica no se ajustaba ni por asomo. Y para colmo de males, el susodicho «irracional» se ha convertido en una estrella mediática, que cobra de los medios de comunicación (perdón, de algunos medios) por contar su hazaña.
En fin, amigos polis, guardias y beneméritos, vosotros seguid haciendo vuestro trabajo lo mejor que sepáis, podáis y os dejen, que no os hacéis ni idea de lo agradecidos que os estamos los «animales racionales», o sea, los ciudadanos normales.
Eustaquio Uzqueda

Publicado en LA TRIBUNA DE LA RIOJA, Periódico La Rioja, 16.11.07

¿Aúpa 'el Logroñés' manque pierda!


De pequeño viví al final de la calle República Argentina. Y una de las cosas que más me llamaba la atención era «la subida al fútbol» los domingos por la tarde, algo tan tradicional en el Logroño de la década de los años cincuenta como «la salida de los toros» en las fiestas de San Mateo. Recuerdo también cómo la diversión principal de los chicos de mi barrio era la de colarnos los domingos en el campo de Las Gaunas. Una vez consumada la acción, que normalmente nos costaba toda la tarde, dado el ahínco con que los vigilantes guardaban el perímetro, unos cuantos no íbamos a ver el partido, sino que nos acercábamos a las casetas donde estaban instalados los bares para recoger platillos de cerveza o de gaseosa, con los cuales jugábamos durante toda la semana a echar carreras o los poníamos en las vías del tren para hacernos «chapas», que luego intercambiábamos como si fueran monedas relucientes. Anda que no le echábamos imaginación ni na.
Entre semana solíamos entrar a «patinar», sin patines claro está, (en mi bario sólo había uno que tenía patines, que eran de su hermana mayor y que se los había traído un tío suyo que se fue a trabajar a Alemania) en una pista circular que existía dentro del recinto, al lado del campo de fútbol y de una pista de atletismo, en la cual, de vez en cuando, disputábamos alguna carrera hasta que salía el 'señor Vitor,' cuidador de las instalaciones, y nos despachaba. Entonces teníamos un dicho: «Aúpa el Logroñés manque pierda» y es que parece ser que por aquella época perdía con bastante asiduidad. Como ya habrán adivinado, mi niñez pasó en el entorno al campo de fútbol de Las Gaunas. Después me hice mayor y mis aficiones fueron por otros derroteros.
Hasta que un día allá por el mes de mayo de 1983, mi amigo y compañero Ernesto Martínez me dice en la oficina técnica de Marrodán y Rezola, donde trabajábamos: «Que ha dicho Villamor que nos vamos a presentar a las elecciones para la directiva del Club Deportivo Logroñés». La verdad es que al principio pensé que era una broma, pero luego me di cuenta de que aquello iba en serio, así que me santigüé. Nunca he sido un aficionado al deporte rey; a mí los domingos por la tarde me gustaba más ir al cine y después al paseo. Pero les oía a mis compañeros de oficina, incluido Ernesto, contar las peripecias por las que normalmente pasaba el equipo capitalino. A Paco, otro compañero, le vi más de una vez romper el carné de socio (en realidad era de abonado) un lunes, después de un partido garrafal. Así que me dije: en buen «fregao» nos hemos metido. Y claro, nos presentamos y salimos elegidos, con Joaquín Negueruela a la cabeza como presidente y Fernando Villamor como «instigador» principal, ayudado con mucho entusiasmo por nuestro común amigo Gregorio y como «reparador mayor sin pretensiones de cobro» del maltrecho Las Gaunas, el constructor Felipe Bermejo. Para que se centren ustedes en la época, Tomás Santos, nuestro actual alcalde y uno de los más afamados periodistas deportivos del momento, hizo la primera entrevista al todavía candidato a la presidencia. Eran los primeros días del mes de junio de aquel año y éste le decía en la entrevista: «Nuestro objetivo principal es el ascenso y el presupuesto no excederá de 45 millones de pesetas». El primer partido «lo jugamos» contra el Arosa, y con lo que se sacó de las entradas, creo que no llegó para pagar al árbitro y los linieres; así estaban las cosas por aquel año. Y tan sólo cuatro años después estábamos en Primera.
Mi misión principal en aquellos cuatro años de directivo, fue la de coordinador de una revista gratuita que creamos para que fuera el cordón umbilical entre los aficionados y el club; su nombre: El Forofo.
Tengo el honor y el orgullo de haber pertenecido a la directiva del Club Deportivo Logroñés que ascendió al equipo por primera vez en su historia a Primera División y que además editó una revista doblemente gratuita durante sus cuatro años de mandato, sin faltar un sólo domingo a la cita con «sus forofos», otro logro importante de aquella directiva. Y digo doblemente gratuita, porque no le costó nada ni a los aficionados ni al club, dado que ésta se autofinanció con la publicidad que en ella se insertaba. También me encargaba de las relaciones públicas con los «chicos de la prensa». Así que los domingos les llevaba bombones y pacharán (para que fueran buenos) a un cuartucho al lado de los vestuarios, al cual llamábamos 'Sala de Prensa'.
Fueron cuatro años románticos y fructíferos, tanto para el club como para los que vivimos aquella aventura. Por eso, cuando veo los avatares por los que está pasando el Club Deportivo Logroñés en estos últimos años siento una pena infinita. Yo siempre he pensado que el club tenía que haber desaparecido por un pequeño lapso de tiempo, junto con su cuantiosa deuda, la cual va a ser muy difícil de liquidar, pero eso no pudo ser o no interesó que fuera así, quién sabe. Es probable que sea por el recuerdo de los tiempos gloriosos de un Club Deportivo Logroñés y su directiva, a la que pertenecí, pero yo sigo esperando que Logroño vuelva a tener un equipo en Primera División, que sea el orgullo de todos los logroñeses, nos guste o no nos guste el fútbol. Así que igual que cuando era niño: ¿Aúpa 'el Logroñés' manque pierda!


Eustaquio Uzqueda

Publicado en LA TRIBUNA DE LA RIOJA, Periódico La Rioja, 11.12.07

Felices ochenta



Sí, ya sé que los famosos felices fueron los 'felices veinte', pero es que yo de los que me acuerdo es de los 'felices ochenta', y me explico. Aunque como ya he comentado alguna vez, pinto desde que tengo uso de razón, en el setenta y nueve fue mi primera exposición individual; recuerdo que expuse en abril y también recuerdo que coincidió con la primera 'huelga salvaje' del gremio del Metal que se hizo en Logroño, y creo que la última (salvaje, se entiende). Estuvimos casi dos meses sin curro, y al final yo no me enteré muy bien de lo que habíamos logrado, excepto estar dos meses sin cobrar. Por entonces yo era del metal, trabajaba en la oficina técnica de Marrodán y Rezola. Pero reivindicar, lo que se dice reivindicar, sí que reivindicamos mucho, y algún 'mecánico' sí que se buscó un buen puesto para toda la vida, con esto de la 'tontería' de la huelga, cosas de 'la transición', sabe usted, qué jóvenes éramos. Yo por entonces empecé mi andadura en el mundo de la plástica, y le tengo un especial cariño a aquellos años. Es probable que sea por lo que ya he dicho de la edad. En los ochenta habíamos dejado atrás la década de los setenta, una época de gran cambio para el país. El 'generalísimo' murió en el setenta y cinco, y el Arte, como otras muchas cosas, caminaba hacia la modernidad con pasos de gigante.


Recuerdo con especial cariño las tertulias en la tienda de marcos y molduras que el pintor Gallego tenía en la calle Calvo Sotelo, sobre todo en verano, cuando se juntaban los pintores Graña y Moreda con el historiador Gabriel Moya, el primero de vacaciones de sus clases en Madrid. Algunas veces también venía un fotógrafo amigo de ellos, que vivía en Barcelona, cuyo nombre no recuerdo; también estaba Mateo Berrueta, que tenía la galería de arte justo enfrente, y que siempre pasaba a enredar. Tanto Graña como Moreda fueron los impulsores de las Colectivas de Pintores y Escultores Riojanos organizadas en los pueblos de Nalda y Alberite, la primera allá por el verano de 1979. La de Alberite se ha perpetuado desde entonces y lleva el nombre de su mentor "Mazacote de barro y Memorial Emilio García Moreda" en memoria del pintor fallecido en 1982, nombre éste, por cierto, "el Mazacote", inventado por Mateo Berrueta, al segundo año de celebrarse la colectiva, como contrapunto de las medallas de oro que tan profusamente se daban en otros eventos artísticos. Esto ocurrió una tarde de verano y con una guitarra en la mano; lo sé porque yo estaba allí, en fin, cosas de Mateo. Siguiendo con esto de las tertulias, Miguel Soriano, pintor y matemático (entre otras cosas) intentó institucionalizar unas tertulias entre artistas riojanos una vez al mes y en un bar de la calle Vara de Rey ya desaparecido, pero la cosa no llegó a cuajar, es probable que debido al individualismo del que hacemos gala todos los 'creativos', quién sabe, igual fue por otra cosa, pero ganas sí que se le puso.


También recuerdo los Salones de Otoño de Cenicero con José David Gangutia, concejal de cultura del pueblo y el pintor Aguado como impulsores del mismo. Y Óscar Llano y un servidor echándoles una mano donde se podía. Una noche, José Antonio Aguado y el que suscribe nos cogimos unas brochas y un cubo con cola de pegar papel pintado y nos fuimos a empapelar Logroño de carteles del Salón de Otoño de Cenicero, sin permiso de la autoridad competente, de esto hará veinticinco años o así. Siempre nos quedara el recuerdo de haber pegado carteles con nocturnidad y alevosía. Qué jóvenes éramos, amigo Aguado.


O las colectivas organizadas por el grupo de arte donde militaba Arturo Steven, actual jefe del gabinete de Pedro Sanz, que en aquellos años tenía grandes inquietudes artísticas. Espero y deseo que cuando deje sus quehaceres políticos siga con ellas.


Creo que por aquella época hubo un despertar artístico bastante importante (no sólo en pintura) a la vez que romántico, aunque un tanto prudente como corresponde a todo lo que ocurre en nuestra comunidad. Ésta no ha sido nunca una tierra de excesos, y en Arte mucho menos. La Administración tampoco ayudó mucho que digamos; yo todavía estoy esperando que vengan a mi estudio a por unos cuadros que me encargaron para el futuro Museo de Arte Moderno, allá por el año 'ochentaypico'. Claro, la verdad es que todavía sigue siendo futuro Museo de Arte Moderno; en fin, cosas de 'la transición', qué le vamos a hacer.


Bueno, lo de poco o mucho ya saben ustedes que siempre es relativo; yo lo comparo con lo acontecido en provincias limítrofes para no irnos muy lejos, y por supuesto, que estamos a años luz del apoyo que han tenido los artistas en el País Vasco, Navarra, Cantabria o Cataluña, por citar algunas comunidades cercanas a la nuestra y del norte de España. Pero bueno, ya saben ustedes lo de las tres virtudes teologales: fe, esperanza y caridad. Pues ahí estamos los artistas, con poca de fe y mucha esperanza, para esperar la caridad, cristiana o de la que sea. Amén.

Eustaquio Uzqueda

Publicado en LA TRIBUNA DE LA RIOJA, Periódico La Rioja, 31.01.08

jueves, 24 de abril de 2008

Profeta en su tierra


Mi profesor y aun así amigo Felo, ha puesto ‘una pica en Flandes’ o lo que es lo mismo, una escultura en el Museo Würth La Rioja. Félix Reyes escultor y director de la Escuela de Arte de Logroño hasta su jubilación, aunque de nacimiento canario, puede considerarse un riojano más y así lo vemos todos los que con él hemos convivido desde los años ‘sesentaypico’ que recaló en nuestra tierra. Aquí se casó, aquí tuvo a sus hijas, aquí, como ya he dicho, trabajó hasta su jubilación. Y aquí sigue haciendo arte y derrochando simpatía y amabilidad como siempre. Coincidí con él en la Escuela de Arte, él como profesor y yo como alumno. Sus clases eran amenas y productivas. Todo parecía fácil a su lado. Siempre tenía un gesto amable o una palabra cariñosa. Nuestro Gobierno Autonómico reconoció su labor, de profesor y de artista, otorgándole la Medalla a las Bellas Artes de La Rioja. Como dice el refrán: ‘Nadie es profeta en su tierra’, y aquí no somos una excepción. Todo lo que nos traen de fuera parece mejor y muchas veces es una ‘patochada’. Sí, ya sé que esto ocurre en muchos lugares, de ahí el refrán. Pero por eso, no deja de molestarme. Él es uno de los nuestros, de nuestros artistas riojanos, por eso me alegra y enorgullece que el Museo Würth de La Rioja le haya elegido para poner una obra suya en el jardín del Museo. La obra titulada ‘Conversación’ es un grupo escultórico compuesto por tres figuras, tres mujeres que dialogan entre sí, de estilo figurativo, pero como bien definió en su presentación el señor Ramírez,director general del grupo, una obra moderna y plenamente del siglo XXI. Felo, tu has sido profeta en tu tierra, enhorabuena.

Publicado en Periódico Gente 11/Abril/2008

El soterramiento

Estos ‘chicos’ del Gobierno, tanto municipal como autonómico o nacional, me van a estropear mi juguete preferido. Como les cuento, se han empeñado en soterrar la vía del tren, aunque ya veremos a ver si lo consiguen. Y claro, para mis amigos Felipe, Juanma y un servidor, que vivíamos al final de la calle Republica Argentina, nuestro principal entretenimiento en cuanto salíamos del colegio y nos daban la merienda, era subir y bajar por los terraplenes de la trinchera de la vía del tren, o pescar carpas y culebrillas en los riachuelos que existían y que creo que todavía existen a ambos lados de la vía, o poner platillos de cerveza y de gaseosa en los raíles para convertirlos en chapas relucientes. Lo de la merienda solía ser ‘divertido’. Normalmente nos ponían media barra de pan con dos onzas de chocolate o tres rodajas de mortadela, y también normalmente siempre se nos caía alguna al suelo, que la recogíamos, la limpiábamos concienzudamente en la pantorrilla, (antes todos los niños llevábamos pantalones cortos) y nos la metíamos ‘pal coleto’, así que cuando me preguntan si soy escrupuloso, contesto que no. Aparte de estos recuerdos tengo uno imborrable que es la riada del año 1961. El agua llegó hasta casi dos metros de altura. Parece ser que la mala canalización de la misma, dado que esta trinchera cortó innumerables ríos y acequias de riego, así como una mala conexión con un viejo colector que discurría por avenida de Colón, junto con las intensas lluvias que cayeron en aquel otoño fueron las principales causas de la misma. Una obra por otra parte moderna para su tiempo, dado que la nueva Estación del tren, así como el trazado de la vía se habían inaugurado tan sólo tres años atrás, en 1958.


Publicado en Periódico Gente 25/Enero/2008

Balcón en Semana Santa

Hablando de balcones, al llegar la Semana Santa no había otro como el de mi abuela Asun. Mi abuela vivía en un segundo piso de la calle Mayor y el balcón daba a medio día. En el portal había una panadería y un horno. Cada vez que iba a su casa, me encantaba aquel olor a pan recién hecho y sobada. Así que al llegar la Semana Santa toda la familia nos juntábamos en el balcón de la abuela a ver la procesión de Jueves Santo. Yo siempre pensé que era un balcón grandísimo, luego cuando lo vi de mayor, antes de que tiraran la casa, me di cuenta que no era así, pues no tendría más de medio metro de ancho por uno y pico de largo, así que no me explico como podíamos caber tantos. Sí recuerdo que los niños nos poníamos entre las piernas de los mayores agarrados a las rejas del balcón. En aquellos años el tener un balcón que diera a la procesión de Semana Santa, era una cosa de mucho postín y se presumía lo suyo. Yo recuerdo que lo contaba en el colegio, pues casi todos mis compañeros veían la procesión desde las aceras. De la procesión lo que más me impresionaba eran las penitentas, unas señoras que salían todas enlutadas, arrastrando unas cadenas y además normalmente con los pies descalzos. Como a mí, mi madre no me dejaba ir descalzo por casa porque decía que podía coger una pulmonía, pues yo siempre pensaba que estas pobres mujeres no tendrían una madre que les prohibiera ir así para que no cogieran una pulmonía. También me impresionaba mucho el paso de un Cristo crucificado escoltado por la Guardia Civil, con aquel desfile tan fúnebre y marcial, llevando los fusiles con el cañón apuntando al suelo en señal de duelo.

Publicado en Periódico Gente 14/Marzo/2008

Maratonianos solidarios

Don José Luis, mi querido profesor de Primaria, en clase de historia -que a mí, junto con el dibujo, era la asignatura que más me gustaba- nos contaba la hazaña de un soldado, que para dar un mensaje a su Rey recorrió 42 kms. corriendo y una vez cumplida su misión cayó muerto. Aquello me parecía más que una historia, un cuento. Yo me imaginaba corriendo de Logroño a Haro y me parecía imposible. Pero mira por donde ahora tengo unos amigos que les da por correr maratones, la misma distancia que recorrió el soldado espartano y lo hacen en tres horas aproximadamente, o sea a 14 kms. por hora. Yo ya les he dicho que eso no puede ser nada bueno, pero no me hacen ni caso. Son del Club Maratón Rioja, y un poco ‘animales’, pero tienen buen corazón, por eso yo me lo paso muy bien con ellos. Ahora están celebrando la 5ª Carrera del Camino de Santiago en dos etapas, una de Logroño a Nájera y otra de Nájera a Santo Domingo de la Calzada. Y parte del dinero recaudado con las inscripciones y alguna ‘perrilla’ más que vamos a poner los del Club Maratón Rioja, va ir destinado a una acción solidaria. Es un proyecto para ayudar a niños de Kenia, impulsado por James Moiben un atleta keniano que está intentando sacar de la miseria y de la muerte a los niños de su país, empresa harto difícil dadas las condiciones socio-políticas del mismo. Pero eso, a riojanos que corremos 42 kms. en tres horas no nos amilana. Bueno yo la verdad es que voy mas rápido. Hago el recorrido en coche sacándoles fotos. Para eso soy el coordinador artístico del Club. Alguna ventaja tenía que tener esto de ser artista. Así que ya saben, apúntense aunque no corran.

Publicado en Periódico Gente 15/Febrero/2008

El monte Cantabria

El otro día fui de excursión al monte Cantabria con mi amigo Fede Soldevilla y un grupo de amantes de nuestra tierra y nuestra cultura. Fue una mañana soleada y maravillosa, por un lado disfruté mucho del recorrido y por otro se me agolpaban los recuerdos de mi juventud: mis primeras excursiones al monte Cantabria con mi padre, luego con los amigos del colegio, un poco a hurtadillas, pues nuestras madres no querían que nos fuéramos tan lejos, y después ya con amigos y amigas ‘a merendar’.¡ Y qué decir de la cueva del Águila, que tantas historias de aventuras pasadas nos ha hecho soñar! Esto de ser un señor de mediana edad tiene estas cosas del recuerdo. La verdad es que es una pena como está el monte y sus accesos. Logroño como ciudad, no ha sabido recuperar un paraje que según la leyenda fue el origen de la misma. Sea o no cierta esta leyenda, lo que si está claro es que allí hubo un asentamiento humano y dado el concepto defensivo de los asentamientos en los primeros siglos, siempre en montículos para su defensa y la proximidad de Varea, podemos decir sin temor a equivocarnos que por ahí más o menos están nuestros orígenes como ciudad. Además es un mirador espectacular, desde el cual se ve una imponente vista de Logroño y gran parte de La Rioja. No me explico como ningún Ayuntamiento ha hecho algo por recuperarlo para la ciudad, con las grandes posibilidades que tiene como atracción turística y cultural. Y sobre todo recuperar un patrimonio que nos pertenece a todos los logroñeses y por su importancia, yo me atrevería a decir que a todos los riojanos. En fin, como dice el refrán: ‘Nunca es tarde, si la dicha es buena’. Así sea.


Publicado en Periódico Gente 01/Febrero/2008

‘Los manazas’

De joven, las fiestas que más me gustaban eran las de Calahorra, yo creo que por encima de las de Logroño. Sería por la novedad. Así que a finales de julio me cogía la ‘lambretta’ y me iba “pallá”. Allí conocí a una cuadrilla que se hacían llamar ‘los manazas’. Por aquel entonces yo debía de tener pinta de manazas, porque me acogieron en su seno como uno más. De esta forma, un día me invitaba a comer un ‘manazas’, otro a dormir y así íbamos pasando las fiestas. Cuando nos cansábamos íbamos al ‘cuarto’ que es la versión riojabajera del ‘chamizo’ logroñés. Recuerdo que un ‘manazas’ vivía en unas casas bajas a la entrada de la ciudad y que tenían pajar. Allí también íbamos a dormir unos cuantos, bueno, lo que se dice dormir, dormíamos poco, pues nos acostábamos tarde y a las siete arriba, al encierro y luego a las vacas que eran seguidas. Un año, ‘un entendido’ dijo que las vacas nunca salían derechas al ruedo, así que nos sentamos en el centro del mismo con una sandía. Debía ser una vaca díscola porque si no nos apartamos nos pisa la cabeza. La sandía que estábamos comiendo la hizo mil añicos. Los calagurritanos siempre han sido hospitalarios, trabajadores y alegres, de eso doy fe. Así que el otro día al enterarme de la bomba que les habían puesto, sentí una rabia infinita. Me figuro que ellos también. Los riojanos debemos seguir siendo un pueblo hospitalario, trabajador y alegre, por encima de todo. Las próximas fiestas, pedirle a vuestro Alcalde que sean las mejores de toda La Rioja, os lo merecéis. Vaya también mi felicitación a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad que, como siempre, estuvieron a la altura, y en especial a la Guardia Civil


Publicado en Periódico Gente 28/Marzo/2008

Una raya en la pared

Es muy normal, o más bien debiera decir era muy normal, el ver en muchos pueblos y ciudades de España una raya en la pared de la Iglesia o del Ayuntamiento, marcando hasta donde llegó la última riada. En Reus hay un ejemplo bastante curioso de estas ‘hazañas’ de la naturaleza, con diferentes rayas marcadas en la pared de una de las iglesias del Casco Antiguo. En París van mas allá. Los franceses, para esto, son muy patriotas y todavía hay paredes con los impactos de balas en sitios estratégicos de la ciudad que fueron defendidos por ‘La Resistencia’ durante la Segunda Guerra Mundial, con una placa señalando el nombre del oficial al mando o el resistente que cayó herido o muerto. Aquí en Logroño hay una raya en la antigua puerta del Cementerio, la que da al Ebro en la carretera de Mendavia, que marcaba una crecida que ocurrió en el siglo XIX con una leyenda que rezaba algo así: “Hasta esta raya llegó el agua el 10 de enero de 1871”. La raya sigue existiendo, pero las letras están casi borradas por completo, aunque con muy buena intención todavía se lee algo. Otra raya de este estilo, era la que había en la placa que marcaba la altitud de nuestra ciudad sobre el nivel del mar. Dicha placa estaba en la pared del Ayuntamiento (del viejo) al inicio de la calle Portales. Pues va y desaparece. Aquí somos bastante descuidados con las señas de nuestra memoria histórica. Algunas, aunque no tengan un valor arquitectónico importante sí tienen un valor sentimental, además de marcar hitos que, aunque ahora nos puedan parecer banales, tuvieron gran importancia en el pasado.

Publicado en Periódico Gente 22/Febrero/2008

Siete mil desaparecidos

Decía hace algunos días, el secretario de la FER-Comercio, David Ruiz Bacaicoa en un diario local, que habían desaparecido del centro de Logroño más de 7.000 aparcamientos en superficie. Y si él lo dice, será verdad. Pero lo primero que pensé es si habían existido tantos alguna vez. Llevo más de diez años sin encontrar uno. El aparcar en el centro de la ciudad, gratis se entiende, es una empresa digna de un paladín de esos de la Edad Media, que mataban dragones y enamoraban princesas. Esto de los aparcamientos es la asignatura pendiente de todos los ayuntamientos de España y parte del extranjero. Ninguno ha sabido conjugar el desarrollo urbanístico con el tecnológico, creando una ciudad donde convivan los ciudadanos con sus automóviles. Porque siendo el coche una de las principales fuentes de recaudación de ingresos e impuestos, léase gasolina, parking, talleres, seguros, etc., luego resulta que está mal visto que vayamos en coche por la ciudad. Entonces en qué quedamos: ¿compramos o no compramos coches? Porque claro, comprar un coche para luego dejarlo aparcado en el garaje de casa e ir andando a la zona peatonal, pues como que no es plan. La otra alternativa es aparcar en los aparcamientos privados, que te cuestan un ojo de la cara y que casualmente casi todos están hechos en terrenos públicos. Cómo me acuerdo de cuando me saqué el carné de conducir. Sólo había tres semáforos en Logroño, que unas veces respetábamos y otras no. Si se formaba una fila de siete coches y el último se tenía que esperar al próximo verde, cogíamos un ‘cabreo’ de campeonato.

Publicado en Periódico Gente 04/Abril/2008

El chalet de las palmeras

Hace años, en Logroño y en primavera, alrededor de la Semana Santa, el entretenimiento principal de los fines de semana era ir de paseo hasta la ermita del Cristo. Los mayores, sobre todo del género femenino, iban a rezar, creo que el Vía Crucis, los niños aunque pasábamos momentáneamente por la ermita, a lo que íbamos, era a saltar a la soga al montículo cercano, llamado monte del Cristo. Existían dos caminos principales, uno por la carretera del Cortijo que pasaba justo al lado de la ermita y el otro era seguir el recorrido de la vía del tren hasta toparse con la misma. Nuestras madres nos decían que fuéramos por la carretera del Cortijo, que por la vía nos podía pillar el tren y claro, nosotros pronto y bien mandados, íbamos casi siempre por la vía , excepto cuando acompañábamos a algunas chicas, que como ellas iban por la carretera, no nos quedaba otro remedio que acompañarlas.Enfilábamos Murrieta arriba hasta llegar al ‘chalet de las palmeras’ que no era otro que el de los propietarios de Conservas Ulecia, y que estaba delante de su famosa fábrica de conservas. A nosotros aquellas palmeras nos hacían soñar con toda clase de aventuras, las cuales rememorábamos desde allí hasta que llegábamos a la ermita, unas veces por encima de los raíles y otras por encima de las traviesas, buscando algún tesoro oculto, que nunca llegamos a encontrar. Así que cuando veo la rotonda de ‘las palmeras” en la confluencia de Murrieta con Gran Vía, pienso si a los niños de hoy en día estas palmeras les hará soñar igual que a nosotros. Espero, por su bien, que así sea, y no hayan sustituido la imaginación por los videojuegos.

Publicado en Periódico Gente 07/Marzo/2008

A modo de presentación

Me ha pedido mi amigo Antonio Egido, director de este semanario (Periódico Gente en Logroño), que le escriba una columna sobre Logroño, sus gentes, sus casas, sus ‘cosillas’, en fin que hable de mi pueblo, sabedor de mi gran cariño hacia todo lo que tenga que ver con él. Aunque pensándolo bien es probable que sea una venganza, y me explico. Para celebrar el primer aniversario de ‘Gente en Logroño’ escribimos ‘al alimón’ un libro titulado: ‘La Cofradía del Pez, San Bernabé y El Sitio de Logroño’. Yo usé el método ese tan famoso de: “Ha dicho el padre prior que bajéis a la huerta, que cabéis, y que luego subamos todos a merendar”. O sea, él escribió el libro, yo puse un epílogo y la parte artística y lo firmamos a medias, como ya les he dicho antes ‘al alimón’. Así que me digo yo, será que me quiere hacer trabajar, en fin, cuando me entere de qué pasa, no se preocupen que ahora que tengo una columna se lo contaré. Por otro lado parece ser a que a esto de las columnas hay que ponerle un nombre genérico, y como me ha advertido mi amigo Javier, periodista y editor de solera, ello es muy importante y me ha puesto una serie de ejemplos de periódicos nacionales e internacionales así como de columnistas de fama mundial. Lo que es ‘el saber’ me he dicho yo, pues a mí no me sonaba casi ninguno. Y ya ven ustedes el nombre que se me ha ocurrido: ‘Desde mi balcón’, es un homenaje a ese elemento arquitectónico al que tanto y tantas veces nos hemos asomado todos para ver la calle. Desde aquí pretendo asomarme al quehacer ciudadano de Logroño, a ‘ver la calle’ y contárselo a ustedes, por supuesto que desde la perspectiva de mi balcón.

P ublicado en Periódico Gente en Logroño 18/Enero/2008

Franco-Españolas

Me tenía contado mi abuelo Antonio, que cuando vino el rey Don Alfonso XIII a Logroño en octubre de 1925, él fue uno de los que condujo uno de los automóviles en que se desplazó la comitiva real por la ciudad. Mi abuelo no tenía coche, pero sí uno de los pocos carnés de conducir que había a principios del siglo XX en Logroño, el nº 67, expedido el 21 de abril de 1914. Sobre todo recordaba cuando fueron a visitar Bodegas Franco-Españolas. Les cuento todo esto, por que el otro día estuve invitado a la inauguración de un espacio expositivo en dichas bodegas. La idea me pareció estupenda por varias razones; la primera por el marco expositivo: una sala de tinos del siglo XIX; la segunda: el edificio, una bodega centenaria y a ‘tres pasos’ del Espolón, y la tercera por crear un espacio expositivo donde los artistas podamos mostrar nuestras obras de arte. En la exposición inaugural hemos podido ver las obras de jóvenes diseñadores presentadas al concurso “El Barón D´Anglade esta de Moda”. Un maridaje perfecto entre diseño y una de las marcas estrella de la bodega, para un vino de alta expresión que ha comercializado recientemente.

Publicado en El Periódico Gente en Logroño 29/Febrero/2008

miércoles, 16 de abril de 2008

Cómo me gusta ser artista


Hace unos días asistí a la inauguración de la escultura 'Nosotros tres' en el Museo Würth de La Rioja, realizada por el artista galés Richard Deacon. En la presentación de la obra por el propio autor, pudimos admirar a un artista en estado puro. Un recorrido por la creación de su obra nos mostró desde los primeros instantes de la propuesta de encargo por parte del Museo Würth de dicha obra, hasta su culminación, o sea, su instalación en el espacio elegido para tal fin en los jardines del museo-fábrica o fábrica-museo.

En un audiovisual vimos la primera maqueta, unas segundas aproximaciones en cartulina recortada, su posterior paso a una aproximación del material definitivo, después la realización de unas maquetas a escala y el encaramiento con la obra definitiva. Todo ello desde la visión y forma de hacer de un gran artista, alejado en algunos momentos de las nuevas tecnologías y usándolas otras veces, cuando le conviene. En definitiva, haciendo arte, algo muy difícil de interpretar o de definir en estos tiempos tan convulsos para el arte, donde se han incorporado nuevas disciplinas y procedimientos que antes no existían y donde la simple realización de la obra con maestría ya no sirve como elemento definitorio de una obra de arte y donde al artista, por encima de sus habilidades manuales, hoy en día superadas por muchas máquinas, se le pide, sobre todo, que 'cree'.

Tanto la pintura como la escultura sirvieron durante muchos siglos como 'fiel' reflejo de la realidad, interpretando esta realidad lo más fielmente posible y perpetuándola en el tiempo. Estoy completamente seguro de que si esta inauguración a la que asistí el mes pasado hubiera sido hace dos siglos, la pieza escultórica que se hubiera inaugurado sería una imagen de cuerpo entero del fundador de la dinastía Wurth y se hubiese alabado por los allí presentes el extraordinario parecido de la estatua con el personaje real. Les puedo asegurar que la estatua inaugurada, titulada 'Nosotros tres', compuesta por tres poliedros de acero, ensamblados con unos pernos gigantescos y que el propio artista define como «la relación que mantiene el artista con sus clientes y el público» o «un grupo de amigos que se apoyan entre ellos después de salir muy tarde de un bar», no tienen ningún parecido con ninguno de los amigos que conozco. Hoy en día el arte tiene que «contar historias» pero no representando la realidad, sino interpretándola, y cada artista es muy libre de hacerlo a su manera. Sólo se le pide que sea coherente con su forma de contar estas historias. Richard Deacon, está claro que lo es, como demostró el otro día en la presentación de su escultura, pero por si acaso alguien lo duda, le avalan sus obras repartidas por los principales espacios expositivos del mundo, como la Tate Gallery de Londres, el Centro de Arte Pompidou de París, El Museo de Arte Contemporáneo de Tokio o el Centro Nacional de Arte Reina Sofía de Madrid. También está realizando una escultura para la próxima Feria de Muestras de Zaragoza, este próximo verano.

Gracias a Dios, el arte ya no está tan encorsetado como en siglos atrás, donde los grandes estilos marcaban épocas que duraban siglos enteros. Ahora uno puede decantarse por su forma de expresión, y tanto la figurativa como la abstracta son válidas para canalizar ese sentimiento creativo. Me gusta ser artista y me gusta el arte, entre otras cosas porque es una de las pocas disciplinas que todavía se escapa del 'raciocinio' y del 'sentido común'. Creo que el Museo Würth está cubriendo una carencia importantísima de nuestra comunidad, donde los museos de arte brillan por su ausencia y los espacios expositivos de cierta relevancia son escasos. Además, como el mismo Richard Deacon explicaba, lo que más le sorprendió de la propuesta para realizar esta escultura, fue el concepto tan novedoso y rompedor como es el instalar los museos que posee la empresa Würth dentro de su espacio fabril. Él recomendaba que el lugar más apropiado para verla era desde la cantina de los empleados de la fábrica y le encantaba la idea de que estos pudieran verla a diario mientras comían. De todas formas, no hace falta ser empleado de la empresa para verla y desde otros puntos de vista también es impresionante, así que ya saben, compruébenlo ustedes mismos, merece la pena.

http://www.museowurth.es/home.html



Publicado en Cartas al Director, Periódico La Rioja, 04-04-2008

martes, 15 de abril de 2008

Trueque Solidario

Trueque Solidario


Objetivo: Recaudar fondos (unos 6.000 euros) para un proyecto que persigue erradicar el trabajo infantil y mejorar las condiciones de vida de 630 niños en Potosí (Bolivia).


Plazo: La previsión inicial era concluir el 29 de febrero, pero no se descarta ampliarlo unas semanas.

Participantes
Titín (1): Dos muñequeras y una pelota firmadas.
'Maiso Ópticos' (2): Gafas de sol.
'Dinastía Vivanco' (3): Lote vinos.
Eustaquio Uzqueda (4): Un cuadro.C.C.
'Las Cañas' (5): Televisión LCD.
'Estival Tour' (6): Crucero por el Mediterráneo para dos personas.


La agencia de viajes 'Estival Tour-Explora Tour' protagonizó ayer el sexto paso en la cadena de favores organizada por UGT-Rioja para obtener fondos con los que colaborar en un proyecto para la erradicación del trabajo infantil en Bolivia. El gerente de la agencia, Carlos Rosa, donó un crucero para dos personas por el Mediterráneo, valorado en 2.500 euros, y a cambio recibió la televisión LCD (por valor de unos 1.300 euros) cedida por el centro comercial Las Cañas en el quinto trueque, que tuvo lugar el pasado 29 de enero.Esta iniciativa de UGT-Rioja, la primera de estas características que organiza el sindicato riojano, arrancó el 17 de octubre del 2007 de la mano del pelotari Titín que, a cambio de un galardón que conmemora el 30 aniversario del sindicato riojano, cedió una de las pelotas con las que ganó el Campeonato de Parejas del 2004 y dos muñequeras firmadas. 'Maiso Ópticos' los intercambió el 7 de noviembre por unas gafas de sol valoradas en 150 euros.El tercer trueque tuvo lugar el 19 de diciembre. Bodegas 'Dinastía Vivanco' donó un lote de vinos valorado en 400 euros, con el que se hizo el pintor Eustaquio Uzqueda el 16 de enero, a cambio de un cuadro de Logroño. El lienzo terminó en manos del centro comercial 'Las Cañas' el 29 de enero, que lo trocó por una televisión valorada en 1.300 euros, canjeada ayer por la agencia 'Estival Tour-Explora Tour' por el crucero.La secretaria de Igualdad de UGT, Maite Gómez, aseguró que el programa «está siendo muy positivo» y no descartó ampliarlo una semanas más de lo previsto (29 de febrero). Gómez agradeció a todas las empresas y particulares «su participación desinteresada», y animó a toda la sociedad riojana a ponerse en contacto con el sindicato para sumarse a esta iniciativa.La responsable ugetista recordó que el dinero que se recaude (el objetivo es conseguir unos 6.000 euros) «se destinará a un proyecto para la erradicación del trabajo infantil en la región boliviana de Potosí, en las localidades de Llallagua y Uncía, para contribuir al desarrollo de 630 niños y adolescentes trabajadores de esta región, a través procesos de formación y capacitación». «tratamos de colaborar en la medida de nuestras posibilidades con este tipo de iniciativas solidarias», dijo Carlos Rosa, responsable de la agencia.


21.02.08 -
M. J. GONZÁLEZ
/ Periódico La Rioja

Desde Sansueña a París


«Desde Sansueña a París/ dijo un medidor de tierras/ que no había un paso más/ que de París a Sansueña» (1). Osea, como la edición anterior, es decir, tanto público y tan variado como en la más concurrida romería, vamos, que a tope. Pocas convocatorias tienen más éxito popular que las catas de presentación de las añadas de Provir. La XI edición con los vinos del 2007 convocó en Riojafórum a una multitud que parecía ansiosa por probar los vinos de los 30 vinicultores de Bodegas Familiares de Rioja. Entre los concurrentes abundaban los jóvenes: David Muñoz, Raúl García, Cristian Martínez, Marcos Castillo, Julen Urcelay y Fernando Tobía Alcoceba. La copa de Rioja -más pena que gargantilla- uniformó a la concurrencia que deambulaba con su carga de vino en el antepecho de aquí para allá. Desde Tarragona, no se sabe si expresamente, llegó Juan Roset que estuvo acompañado todo el tiempo por tres riojanos de común sangre y apellido, Ángel Andrés, Florencio Andrés y Juan José Andrés. El enólogo Ángel Manuel Belvis acudió con su esposa Marta Hernández, directora del Grupo Mozart, y como pareja habitual e inseparable en actos de este tipo Ramón Peinado y Urbano García esta vez sin sus esposas. Enrique Rodríguez estaba con Carmen Ripalda. Formaban grupo cerca de la puerta de entrada con unos amigos que no quisieron renunciar a probar los vinos -¿olé por los romeros!- acompañándolos de queso y embutidos «caseros eh, caseros». Con ellos, Paula Álvarez, Alfonso Ruiz, Vicente Rama, Dolores Vicente, Juan José Hierro y Eduardo Somalo. Algunos miembros de Arag-Asaja cataron juntos. Emilio del Río charló un rato con Juan José Bonilla de la bodega Gerardo Viteri. Dos de los bastiones de lomejordelvinoderioja.com, Casimiro Somalo y Alberto Gil también coincidieron. Éste último estuvo acompañado de su hermano José Ángel Gil. Amadeo Terreros llegó del brazo de su mujer Rosa Martínez. Por allí andaba más sonriente que nunca Mónica Figuerola. Observando todo desde las alturas de su educada propiedad, Iñigo Nagore, que coincidió con el director general de calidad e investigación alimentaria, Pedro Manuel Sáenz. Casi todo el tiempo al fondo y a la izquierda el editor Javier Pascual y en el flanco contrario Javier Gracia presidente de la Cofradía del Vino. Y mientras tanto Pilar Iturrioz, muy solícita, continuaba entregando copas en el mostrador de la entrada. Taquio Uzqueda, erre que erre con sus buenas y riojanas razones en defensa de los artistas y creadores de aquí, «pero que ni caso nos hacen eh». Muchos ensalzaron el clarete alfareño de Ilurce, entre ellos la familia Reinares de Alesanco que sin ser de Provir elaboran allí un clarete con usía. Trabajando fuera de los stands con micro o con videocámara, Fran Echevarría, Diego Quintas y José Luis Garrido. Cerca del bodeguero de Murillo Francisco García estaba su mujer Ascensión Pablo en amena conversación con María Esteban y Juan Esteban. Cuando todo terminó más de cuatro hubieran dado positivo en un control de alcoholemia. Y a todo esto mogollón de coches aparcados sobre los verdes jardines de los alrededores porque el parking como si no. Y Melitón de Pablo, y Leyre Ortiz sirviendo vinos en 'Alicia Rojas', y Emi Rodríguez, y Marisa Merino, y Carmen Roldán, y Daniel Laorden, y desde Viguera Fernando Medrano, y José Luis Bermejo y ¿salud y buenos alimentos!

Prejubilados


De repente me ha entrado el síndrome del prejubilado; ahora mismo les explico cómo ha sido. En mi juventud, éramos una cuadrilla de unos doce amigos, que esporádicamente crecía hasta quince, ya saben ustedes, alguno que venía de fuera u otro que se «apegaba» momentáneamente. Y resulta que el otro día echando cuentas, pues que estamos sólo dos trabajando. Les echo las cuentas: dos trabajaban en Zanussi, otros dos en Tabacalera, otro en Permolca, otros dos en bancos, otro más en Iberdrola, uno que se fue a Madrid y estaba en Televisión Española, y por último, otro que se jubiló del todo, pues falleció hace unos años y estoy seguro de que Dios lo tiene en el cielo, no porque fuera amigo nuestro, que algo es probable que sí cuente, sino porque era un tío muy «majo» y además un gran deportista. Total, que todos están prejubilados, menos otro y yo. Así que empiezo a encontrarme como desclasificado, o sea, fuera de mi clase. Es como si la «seño» hubiese mandado a todos los «compas» al recreo menos a dos, y sin ninguna razón aparente, pues los castigados hemos sido buenos y nos hemos sabido bien la lección. Fíjense si hemos sido buenos y nos hemos aprendido bien la lección, que llevamos cuarenta años trabajando, y cotizando claro está. Y va el señor ministro de Trabajo y dice que nos vamos a tener que quedar hasta los setenta años en «el curro», o sea, en mi caso y en el de mi amigo, el que todavía me queda trabajando. Nos vamos a tirar más de cincuenta años currando y cotizando. Nos dará esto derecho a algo, aparte de este cabreo contenido que tenemos. Porque además, si somos buenos y nos quedamos sin recreo otros cinco años más, que son diez o quince más que nuestros «compas», ya saben ustedes, los que ya están en el recreo, (a los de Tabacalera los jubilaron con cincuenta y cuatro años) dice que nos dan un máximo de un tres por ciento, que seguro que cuando echen las cuentas no llega y se queda en un dos. Así que para no equivocarme, tres por cinco igual a quince por ciento más, pero si nos vamos al recreo cinco años antes, nos quitan casi un cuarenta por ciento. ¿Ah! a mi amigo el de Televisión no le han quitado nada, más bien le han dado, (o eso le entendí cuando me lo contó) qué cosas. Será porque lo pagamos entre todos. Que ustedes no lo entienden, pues nosotros tampoco, lo más seguro es porque mi amigo y yo somos «de números» y los del gobierno deben de ser «de letras». Pero en toda tierra de garbanzos cinco años son cinco años, así que estamos como siempre, con lo del embudo, lo ancho «patí» y lo estrecho «pamí». Si a mí me quitan casi un cuarenta por ciento del sueldo que me corresponde al jubilarme por irme cinco años antes, pues que me den lo mismo si me voy cinco años después, creo yo que sería lo justo. Conozco a uno que se quiere quedar, pero es que gana 5.000 euros al mes y con la jubilación se le quedan en 2.000, y eso creo que duele, así que no me vale como ejemplo.

Hace unos días veo que los sindicatos salen en manifestación pidiendo jubilaciones anticipadas para los funcionarios, dicen que la edad media de los empleados públicos del Gobierno es de 51 años y que hay que rebajarla ¿qué bien!, pienso yo; pero luego me doy cuenta de que ni mi amigo el que me queda «currando» ni yo, somos funcionarios, así que si consiguen algo, pues que tampoco nos toca. A este paso, me veo que en España nos vamos a quedar trabajando y de nuestra edad, sólo nosotros dos.

Parece ser que hay una fórmula de relevo por la cual uno se puede jubilar antes de tiempo sin perder parte de la jubilación, pero aparte de unos requisitos importantes, que a mí me parecen bien, entre otras cosas porque yo ya los cumplo, es si quiere hacerte el relevo tu «señorito». Y claro, ya estamos otra vez como siempre, que si el «señorito» quiere o que si el «señorito» no quiere, que si has sido bueno y sumiso o no has sido bueno y sumiso. Yo creo que todo esto debería de ir determinado por lo que uno ha cotizado a la Seguridad Social, tanto en cantidad como en tiempo, porque si no, se hace bueno el dicho ese de que «el que más pone, más pierde». Y claro, luego cuando nos dicen eso de que Hacienda somos todos, no se lo cree nadie. En fin, siempre nos quedará, a mi amigo y a mí, hacernos gallegos, nacionalistas y del gobierno; del gobierno gallego, se entiende. Pues allí con sólo tres años en el mismo, ya tiene uno derecho a jubilación. ¿Qué cosas!, oiga. ¿Se habrá enterado el señor ministro?

Publicado en el Periódico La Rioja, 18-03-2008